Y el Madrid ganó la liga,...

Hace a penas un año celebraba los títulos de un equipo que enamoraba por su juego, su vistosidad, por ser una máquina de destrozar rivales. Pero como todo lo bueno, tiene un final. Y ese final llega siempre que aquellos que deben ser artífices de las victorias tengan esa necesidad desmesurada de demostrar de lo que son capaces. ¿Que ocurre cuando ya no existe esa necesidad? Pues ocurre lo que le ha pasado al Barça este año. Egos, idolatrías, dinero, fama, fortuna, todas esas vanalidades (o no) que repercuten negativa en la psicología de las personas. Y es que, en términos matemáticos (econométricos más bien), existen una serie de factores que afectan al resultado (al desempeño) de una actividad, pero más importante es ese factor imponderable que diferencia a los ganadores, los campeones de los que no lo son.

En fin, esperemos que esa panda de vagos redomados se pongan las pilas para el próximo año porque no se puede consentir que un equipo gane la liga en el minuto 80 del último partido ante un Mallorca que no se juega nada, ... y con goles de Reyes y Diarra! Definitivamente el mundo del futbol está loco.

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